martes, 29 de abril de 2014

Aprendiendo a No Aprender



Claudica la asimilación de las especies marchitas de cuanto es verdad.
 A mi hermano:

Se que aún no puedes leer esto, también se que cabe la posibilidad que nunca lo leas, pero por si acaso, ahí va… Por que la vida al final está hecha de “por si acasos”

Puede que no vuelva a ver estos parajes nunca más, y puede que nunca vuelva a sentir el delineado placer de escribir sobre una hoja cuadriculada, mientras sueño absorto, con sentir los deshilachados hilos inexistentes de la libertad.
 Puede que sencillamente no vuelva a ser el mismo.
 A veces no se a quién le escribo, si es a mi, al que vendrá el siguiente o al contemporáneo, al del cuarto de al lado. Y a veces me encuentro con que no se muy bien el porqué… Empecé a escribir porque me daba rabia, rabia y pena, pena de que el tiempo se robara silencioso lo que digo, rabia de que se apropiase de lo que no tengo.

 Y es por eso que empecé a escribir, para acercaros el mundo, mi mundo y la conformación de este bajo mi mirada, a las alabadas almas de vuestra luz, y me refiero por supuesto, a vuestra realidad. Quizás con más o menos acierto, pero siempre con mi particular y delicioso caos, o como solía decir aquel bohemio autor, “con lo de siempre improvisado”, porque al final, la luz no deja de ser la misma para todos. La iluminación, sin embargo, es lo que llamamos poesía.
 Porque al fin y a fin de cuentas, es más real, o no, o sí… o tautonicamente todo lo anterior, bella y tautónicamente...
Empecé a escribir, para sobrevivir, ya os lo he dicho. Necesitaba gritar, y es curioso como el mejor de altavoces se esconde agazapado esperando tan sólo a la mejor de las oportunidades, tras las líneas encausadas de una hoja en blanco.
Todos queremos pan, mi pan es este.
  La realidad no es "bonita", ni ninguno de los apelativos cursis y ñoños que te vendían en la escuela, tampoco fácil, esto a estas alturas lo sabrás, pero sí que es bella.
Te heredan complejos, te heredarán sus miedos, te heredaron sus frustraciones. Puede que nadie me entienda, y será exquisitamente genial. Puede que me ría solo y me tomen por loco, y que sea así como yo lo prefiera. Y puede que te sepulten con sus miradas, que te vendan futuros de fracaso disfrazados de recompensas, puede que empieces a platonizar en pos de un vago, pero desesperado intento de no ser el único paria. Puede, que en definitiva, no sólo te pidan, si no que te exijan que no seas tú.
 Puede que lo consigan… puede que nunca lo hayas sido, puede, y sin embargo, que lo hayas sido siempre.
 Y es ahí donde todo cobra sentido.
Me he pasado mucho tiempo, me da apuro decir “demasiado” porque nunca nada lo es, buscando a alguien como yo, alguien a quién enamorar con mis poemas, alguien, cuya mirada me iluminara los días… Sólo se que aquí no está.
 Y sentado en una nube de hormigón corroborando que todo tiene solución, y no, me gasto el tiempo. Y después de vivir por y para vidas ajenas sólo te puedo decir que…



Nunca abandones una idea, no tengas miedo a elegir lo que creas acertado, y si lo tienes, aprende a aceptarlo, aprende a vivir con él, y a llevártelo un poquito de fiesta. De nada sirven las valentías que se ganan a costa de la cobardía. Pues al final tú, y nadie más que tú, serás tu mejor crítico.
 Que te diga nadie quién eres, o hasta donde quieres ser.

No despriorices lo que te apasiona, lo que te da la vida, lo que en el fondo tú quieres ser ni por ni para perseguir lo acertado, ni lo que “debes” hacer, ni tan siquiera lo que “tienes” que hacer. Yo una vez lo hice, y arduas facturas pagaré toda la vida, quizás. Convierte cada momento en el camino perfecto que te lleve a tus pasiones, por mucho que te coaccionen, no desistas. No escatimes en esfuerzo y testarudez en aquello que persigues. Tampoco tengas prisa, no olvides nunca a donde quieres llegar, pero que tu camino sea largo, porque ya sabes "Cuando emprendas tu viaje a Itaca, pide que tu camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias” Porque al final, así, y sólo así, entenderás que es eso de encontrar las “´Ítacas”

Respeta para que te respeten, entiende que el mejor camino para convivir con alguien no es a veces entenderse, si no aceptarse. Y al que no te respete, hazle escupir el respeto, no siempre a golpes, a veces duele más la palabra precisa colocada en el lugar correcto.

“Nada existe, todo está permitido”, no obstante, se conciente y maduro con lo que provocas, electas, o amas.

Muchos serán los que no te entenderán, muchos, lo que vendan imágenes equívocas de ti, se que es duro, y puedes intentar que contemplen tu verdad. Pero de no ser así, no desesperes, al fin de cuentas ellos no conocen toda tu verdad. Se que todos precisamos de aprobación, pero de no toda la aprobación se precisa.
En ocasiones tendrás que obviar lo que sabes sólo para volver a aprenderlo de nuevo, a veces simplemente para que tu propia carne se convierta en un bello poema.
 Alimenta pues, en su justa medida razón, voluntad y emoción. A veces desequilibrando la balanza, pero siempre con el ojo en equilibrarla.

 No dudarán en aparecer personajes que querrán vivir tu historia, sólo porque la suya se acabó, o nunca empezó, o quizás porque nunca se encontró, o no se perdió lo suficiente… El caso es que lo alejes, y los mantengas lejos de la tuya. Recuerda eso de que “No es bueno el que te ayuda, si no el que no te molesta” Y si te pierdes, alégrate, pues podrás aprovechar para encontrarte de forma más acérrima.

Puede que todo al final no sea suficiente, o que por ventura propia acabes eligiendo un camino que no es el tuyo, te diré que “No culpes a nadie ni nada por no estar donde quieres estar. Si quieres algo cógelo. Pero no te quedes sentado autocompadeciéndote diciendo que no estás donde quieres estar por culpa de él, o ella… Eso lo hacen los cobardes y tú no lo eres” “ Nadie golpea más fuerte que la vida, ni tú, ni yo ni nadie… Te puede arrinconar y someterte a golpes…” La fortaleza consiste en aguantar cada golpe sin dejar de avanzar.
 Te confesaré algo, siempre digo que no me arrepiento de nada, y es cierto. Pero sí que me arrepiento de algo, de todo el valor que se gana por miedoso. Échale cara, picardía, clase, positivismo, aparca los miedos, pues nada es ni tan bueno, ni tan malo. Y fluye, fluye sin tener que ver con los demás. Los genios, los que de verdad disfrutan de este juego, están locos. Y es que al igual que la noche, la vida pertenece a los poetas y a los locos, como si no fuesen la misma cosa...
Los que no lleguen a ver tu grandeza, a quién superes, de quienes vayas pasos por delante, siempre te criticarán. Y en cierto modo, a veces es mejor ni perder el tiempo dando explicaciones por eso de “No arreglar lo que no se descompuso”.


Y bueno, al final, si absolutamente todo crees que va mal, recuerda que siempre hay alguien peor que sigue adelante, tú eres quién eres, y quién eres no te lo quita nadie, rememora eso de Ωβ, pégale un buen gancho a la vida y a por otro asalto más… Siempre se puede aguantar otro asalto más. Otro asalto más…