Hacía ya demasiado tiempo que no me levantaba, que caminaba
insulso, que tenía una meta pero no tenía objetivos. Hacía tiempo que me
faltabas tú.
El otro día me di
cuenta de una gran verdad, de una certeza que se escondía a flor de piel de
cada pensamiento habido y por haber en mis palabras.
Durante años, me he
preocupado de buscar a alguien que me quisiera, que me aceptase, pero me había
olvidado de buscar alguien que me amase. (1)
¿Cómo contarlo, como
ordenar una auténtica tormenta que se desata en un segundo sin que parezca
caótica ni se vaya deshaciendo con el viento que sin complejos pasa tunante?
Cuando bien sabéis que en el menor momento, comienzo a desvariar… ¿Cómo
preservar atemporalmente una belleza que radica precisamente, en su efimeridad?
Llevaba ya demasiado
tiempo sin sentir, sin levantarme con una puta sonrisa en la cara, a decir
verdad, no me acuerdo la última vez que lo había hecho. Llevaba demasiado
tiempo sin mirar el alma de alguien a los ojos y decirle “Bienvenida…”
Aquel día yo no iba a salir, sólo me preocupaba estar solo y
ratificar un silencio que a fin de cuentas consideraba mío. Pero no me
preguntéis como ni porqué, salí, bendita equivocación…
Me he encontrado con
muchas personas en mi camino; buenos…, malos… , me he hecho ilusiones con
tantas otras platonizándolas hasta límites insospechados… Pero nunca, jamás,
había encontrado a alguien como Yo.
Yo, Simple y
llanamente. Había encontrado a gente con gustos muy similares, con aspiraciones
equiparables, con ideales semejantes, lógicamente. Pero ¿Alguien con quién no
necesitaría más palabras que las que suponen una mirada para entender
absolutamente todos sus sentimientos? Jamás…
Porque… ¿Sabéis esa
sensación de saber con certeza lo que va a decir la otra persona? del punto de
poder, sin conocerla de nada, acabar sus frases como si fueran propias. De
mirarla a los ojos y ver más allá de unas pupilas verdes, pupilas que se
difuminan en el mar del universo que crean, porque en el momento en la que la
miro a los ojos tengo la firme
convicción de que veo todo lo que necesito ver, todo.(2)
Yo estaba postrado en
una puta cama malconvenciéndome por levantarme y roer un par de migajas de
consuelo. Y de repente un día, me vuelvo a encontrar. [...] La inspiración te
golpea, la luz ya no brilla al unísono de la tenuidad, y las palabras vuelven a
danzar libres.
Ya la había visto
antes, alguien así no se olvida. La auténtica y genuina belleza (3), es imposible. […]
Llamarlo coincidencia, destino quizás, o sencillamente que
pasó así; pero el caso es que todo fue perfecto por un instante, ya no habían
sombras, ni miedos, ni tan si quiera recuerdos de los males que pudieron ser y
no fueron. Sólo estaba […], y por un precioso y dilapidado instante las
palabras trascienden, las miradas se cruzan y el tiempo, respetuoso, se para (4). Es entonces cuando todas y cada
una de las cosas a tu alrededor dicen NO.
Vienen entonces las ganas […] de envolverte en un abrazo, de
mirarte a los ojos y decirte “Gracias” (5).
No quiero volver a separarme de ti, y es entonces cuando lo único que
quiero es volver a verte aunque se que todavía no te has ido, es entonces
cuando vuelven los miedos, esos que dicen que no te volveré a ver, que seré una
hoja más que arrastra el viento por tu vida, que no seré para ti más que lo que
son los demás para mi. (6)
Y te veo entonces desde fuera, sin el
cálido abrigo de tu manto, y me doy cuenta de que puedo ser para ti quizás sólo una mentira más (7); Porque… ¿Qué es la verdad, Qué es
el amor? (8)
La verdad es aquella que nos imponemos, quizás la que se nos
es más propicia a imponerse (9),
pero elegida por nosotros, más coartada, menos… pero elegida.
El dolor, en todas
sus vertientes, es la más bella de las criaturas (10), y nos empuja a agarrarnos a algo:
Un ente superior que
nos educa, un ideal que nos guía, o un amor que nos salva. Necesitamos
personificar las emociones (11),
¿Eso quiere decir que son mejores o peores? ¿Más veraces o mendeces? Yo
simplemente se, que son las que son.
El amor por ejemplo;
¿El amor es una emoción no? Quizás la madre de todas las emociones, y como no…
Bebe del oportunismo.
¿Cómo se explica
entonces que una chica encuentre, justo cuando se siente sola a un chico que la
comprende, la apoya y la ama…? ¿Qué hace que ese chico sea el indicado para
ella? Su gran amor… ¿Qué hace más indicado a ese chico que al otro, al otro, o
porqué no, que al otro? Quizás un segundo, e hipotético chico sea más indicado,
pero, ha llegado tarde… Es inoportuno...
Puede que el segundo
sea más indicado, pero… el primero la ha conocido antes, un día, una semana, un
mes…
Si el tiempo no ha hecho a ninguno de los
dos ni mejor, ni peor… ¿Porqué el primero es claramente más indicado que el
segundo? Oportunismo amigo, dulce oportunismo… (12)
¿Pero acaso es menos válido? Si una frase en el momento
correcto puede levantar más corazones que la más bella de las poesías, no seré
yo el hosco que las desestime. Porque la realidad se propaga más allá de lo
veraz o mendaz. Y es ahí donde al final sólo quedan acciones, elecciones, que
son, y punto.
El más sabio no es el que mejor elige, si no el que antes ve
venir los golpes…
Así que llega un momento en el que te das cuenta de que has
sido más listo de lo que creías ser, que te has engañado, que te has cerrado
los ojos con la misma inseguridad con la que hoy, aletargado y desconcertado
los abres. Y que como este texto, llegado a este punto, todo cobra sentido.
Has platonizado a
cuantos seres había a tu alrededor, has manchado el sutil pudor de tu alma al
otorgar personalidades donde sólo habían multitudes (13), te has engañado en definitiva, para sobre vivir.
Le has puesto una
cara a todo el mundo que optaste por tener a tu lado, la misma que no habías
visto nunca, la misma que no esperabas encontrar, la misma que en el fondo
sabías que no le pertenecía a nadie, la misma a la que hoy, le pones rostro.
Intentas describirlo, ¡es demasiado grande como para no
hacerlo!, te quema tenerlo dentro aguardando, ¡pero no puedes!, ¡no sabes!, te
enmudece tal figura. Mas cuando la frustración comienza a frotarse las manos,
salivando en la vuelta de la esquina, pum… ahí está…
Todo lo que habías dicho, escrito, pensado, anhelado, ahora
tiene personificación (14). Los
“errores”, las decepciones, y hasta la maldita desidia, ya no existen, porque
simplemente tenían que suceder. Al fin y al cabo, el amparo de lo que es
ilegítimo tiene fecha de caducidad.
Se te abre una nueva
puerta, la puerta con la que no habías ni soñado jamás, pero es que tampoco
jamás te habías sentido tan feliz de conocer a alguien.
Y la supresión de los grilletes de la desesperación
antártica, y bien intencionada, ya no tienen cavidad. Puesto que al ver sus
ojos ya nada importa…Cuerpos que trascienden aún más allá, olvida todo lo que
has aprendido, obvia lo que tú sólo sabes, simplemente fluye, vívelo, siéntelo…
es entonces cuando su carne misma, se convierte en un bello poema.
Y eso, queridos
amigos… Es el amor
(1) Alguien que no
sólo aceptase la forma de ser, actuar o pensar. Si no que le gustase, que
entendiera de verdad, con quien entenderse.
(2) Sensación en la que las palabras están de más, todo
trasciende, el momento trasciende. Se forma un mundo en si mismo. Solo existe
un entendimiento total
(3) Ideas propias, ideales conformados en su propio criterio
e inanerentes a si misma. En mi opinión, más correctos que las de cualquiera,
pero lejos de juzgar su validez es indiscutible que eran propios, y eso, ya les
otorga un inmenso valor, tan vasto como un océano.
(4) Hincapié en como el tiempo deja de ser perceptible en su
compañía
(5) Puesto que ha sido lo que siempre ha buscado y nunca,
jamás, había encontrado
(6) Miedo por no significar lo mismo que para mí esa persona
significa, miedo a que para esa persona yo no sea mas que una persona más. A
pasar sin penas ni glorias. A la indiferencia. O el rechazo
(7) Reseña al miedo anterior, ser una persona más. Miedo a
la ordinariez.
(8) Entendido como el amor verdadero, aceptación y gusto por
la persona en si misma, sin crearse “mascaras” ni platonizar.
(9) Haciendo referencia al condicionalismo, que no al
determinismo
(10) El dolor entendido en sus todas sus vertientes, ya sea
en su estado más exponencial, porque nos educa, o en la ausencia de este,
porque nos permite observar con perspectiva equilibrada, o al menos diferente.
(11) Refiriéndose a que por naturaleza necesitamos ponerle
cara a lo que sentimos, y si no encontramos a nadie así acabamos viendo
realidades distorsionadas. O ni tan si quiera nos paramos a ver.
(12) Oportunismo entendido
como casualidad, o simplemente el hecho que supone una acción determinada por
haber ocurrido en un lugar y momento concreto.
(13) Referencia a
otorgar distinción, cualidades o aptitudes que no les corresponden, a otras
personas por el hecho reflejado con anterioridad, por supervivencia, por
naturaleza. Si no tenemos una figura y la necesitamos, la construimos. Aunque
ciertamente no esté.
(14) La
personificación, el engaño, la máscara que les habías impuesto a los demás
ahora cobra vida propia en una persona real. Es una representación de tus
aspiraciones en una persona física.